PRESENTACIÓN EN EL BAR RESTAURANTE MIRONES RUTA 634, EN POMALUENGO.

Hola a tod@s. A pesar del tórrido verano, algunos hemos decidido no descansar; y el pasado día 21 realizamos una nueva presentación en Cantabria, la sexta desde que "Los ángeles caídos de la eternidad" y "Metanoia" vieron la luz el mes de mayo. La sexta presentación en Cantabria, pero si sumamos las otras cuatro de Valladolid, la de Madrid, Cuéllar (Segovia) y Pontevedra, ya son numerosos los actos que hemos ido llevando a cabo para divulgar mis novelas, publicadas por ÉRIDE EDICIONES, a quienes agradeceré siempre que decidieran apostar por mí.

Pomaluengo es la capital del municipio de Castañeda, a apenas 27 kilómetros de Santander. Se trata de la rica comarca del Pas-Miera, en la misma cuenca del Pas y bañado por el río Pisueña.

Es digno de visitar y de disfrutar. Podréis admirar los amantes de la arquitectura, la Colegiata de Sta. Cruz, en Socobio, así como el famoso Molino del Carabio, en el mismo Pomaluengo, y reconocido como bien inventariado, y de los exquisitos palacios de Larrinaga y de la Gándara.

No en vano, estas tierras son condado desde la época de Juan II, en la Baja Edad Media. Así que ya sabéis, si queréis disfrutar de un día campestre, con paisajes de montaña y arquitectura medieval, aprovechad la ocasión que os brinda Pomaluengo.

Y naturalmente, el Bar Restaurante Mirones Ruta 634, que es muy conocido por todos los vecinos, no os va a dejar indiferentes. Disfrutaréis de su gastronomía, a la vez que os deleitaréis con la artística decoración que conforman las fotos de actores y actrices de cine clásico, y escenas de las películas que han formado parte de nuestras vidas. Mirones es famoso por los conciertos de música y por incentivar la creatividad artística y la cultura.

Por ello, junto a mi amigo Antonio y su mujer, Fe, nos encontramos una tarde en el Mirones, tomando unos refrescos y hablando con María José y Mesio, sus dueños, sobre la posibilidad de realizar una presentación de mis libros. Les pareció una idea excelente, y aunque se trataba de agosto, un mes complicado para este tipo de actos, aceptamos el desafío con ilusión y decidimos organizar el evento.

La presentación se llevó a cabo el martes 21 de agosto, a las ocho de la tarde. El día había amanecido nuboso, con una temperatura suave, pero a medida que pasaban las horas, el calor comenzó a acechar... y en el decurso de la tarde, las temperaturas se dispararon. Ideal para ir a la playa, y no para una presentación literaria... pero a pesar de nuestro escepticismo, el acto salió mucho mejor de lo esperado.

Asistieron unas veinte personas, lo que es de agradecer, pues se trata de un grupo numeroso y más que suficiente para una tertulia literaria. Me presentó mi buen amigo Antonio Pérez Ruíz, vecino de Villapresente y amante de la literatura, y hablamos no solo de la sinopsis de ambas novelas, sino de la ambientación y de los elementos que las rodeaban, así como de las fuentes de inspiración.  

  Lo mejor llegó después de nuestra intervención, porque fueron muchos los que se animaron a preguntar distintas cuestiones referentes a la creatividad literaria y al contexto en el que se desarrollaron las obras. La participación de los asistentes enriqueció el ambiente, creando una atmósfera de interacción y de debate. Es muy positivo y original que el espacio de un restaurante pueda usarse para actos de este tipo, y demostrar que la cultura no debe limitarse a librerías o bibliotecas. La cultura debe abrirse y ser flexible para conseguir llegar a la sociedad. Si se la acota a un lugar predeterminado, se vuelve elitista y muere de gloria.

Al final llegó el momento de la firma de ejemplares, y fueron muchos los que decidieron llevarse "Metanoia" y "Los ángeles caídos de la eternidad", lo que agradezco de todo corazón porque para un escritor, la única manera de llegar al lector es consiguiendo que le lean. Y todo escritor escribe para ser leído, por eso es tan importante que un lector adquiera sus libros.

  

Después del acto, María José y Mesio nos invitaron a unos canapés hechos con mucho cariño, y que nos permitió seguir con la tertulia de una manera más informal, ya con el crepúsculo encima.

Al anochecer decidimos cenar una docena de amigos en el mismo restaurante, y os animo encarecidamente a pasaros por allí, porque la gastronomía es excelente. Las pizzas son deliciosas, porque se trata de comida casera, recién hecha, lo que no es común hoy en día. También podéis saborear sus raciones variadas, hamburguesas y ensaladas. Son unos cocineros estupendos, y seguro que volvéis más de una vez.

Desde aquí quiero dar las gracias a Mesio y María José, del Bar Restaurante Mirones Ruta 634, porque cuidaron todos los detalles, la acogida fue extraordinaria y el acto salió genial. Todo estaba perfectamente organizado y creo, sinceramente, que los asistentes (y participantes) al acto, disfrutaron del rato que estuvimos sentados para hablar de lo más nos gusta, de la literatura.

Es fundamental la promoción de la cultura y más concretamente de la literatura, a pesar de la crisis. El hábito de la lectura nos ayuda a reflexionar, lo que aviva nuestro ingenio, y nos abre las puertas a la imaginación y a potenciar nuestras habilidades sociales. La empatía, la asertividad, la capacidad para triangularizar los problemas de la vida... son competencias y destrezas fundamentales para sobrevivir en el mundo. Y son valores que se van despertando al leer un libro, y comprender por qué los protagonistas actúan de determinada manera, o por qué toman decisiones diferentes a las nuestras. Nos invita a sumergirnos en el pensamiento y sentimientos de otras personas, a comparar sus actos con los nuestros, su sensibilidad frente a la nuestra, a divertirnos al evidenciar que los problemas son de los personajes y no nuestros... a conocernos mejor. En fin, la literatura nos ayuda a volar, a superar nuestro "insistente ego" y abrir nuestros corazones a la aventura y al amor.

Os doy las gracias por acompañarme en esta aventura y por leer, un hábito que os acompañará toda vuestra vida.